Al fin viernes
Saltas o saltas
Resulta que un chico de Torrejón de Ardoz llega a su casa un mediodía sin ánimo de comer y sin apetito.
-El padre se lo mira muy serio y preocupado, porque el chico llevada dos meses haciendo el Servicio Militar, y le dice:
– ¡Niñooo! ¿Tan malamente se está en “Paracas”? que vienes desganao, que no duermes apenas, que te pasas las noches en vela y que encima no comes.
– ¡Hombre, papaaaa! Son unas experiencias muy duras.
Hay un capitán allí que es muy severo y el hombre cuando estamos a dos mil pies en el helicóptero y está todo el mundo preparado con la mochila para saltar, me ve la cara de miedo, y esta mañana
¿qué te crees que me ha dicho?
– ¡Cuéntame mi arma!, le dice el padre.
– ¡O saltas ahora mismo o te violo!
– ¿Y saltaste? prosigue el padre.
– ¡Oye papaaa!, al principio un poquito.