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Colección de chistes buenos

Colección de chistes buenos

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La profesora en la escuela:

– A ver Carlitos, tú cuando seas mayor ¿Qué quieres ser?

– Yo mecánico.

– Y ¿Por qué?

– Porque mi abuelo era mecánico, y mi padre también y yo quiero seguir con la tradición.

– Muy bien, y tu Juanito, ¿Qué quieres ser de mayor?

– Yo jardinero, porque mi padre lo es, y el padre de mi padre lo fue, y yo quiero seguir la tradición.

– Muy bien Juanito. Y tu Pepito, de mayor ¿Qué quieres ser?

– Yo quiero ser psicólogo por si sigo la tradición.

– Muy bien, ¿Acaso tu padre y tu abuelo son psicólogos?

– No, de ninguna manera, pero mi madre y mi abuela están locas, y mi novia va por el mismo camino.

El bar abarrotado.

El bar estaba vacío llega un cliente y le dice al camarero:

Cliente: Cuando puedas ponme una cerveza por favor.

Camarero: Un momento que estoy sirviendo, ¿no ves que tengo el bar lleno?

Cliente: ¡Pero si está el bar vacío!

Pasan 10 minutos y el cliente vuelve  a decir al camarero:

¿Me vas a poner la caña?

El camarero molesto responde: Ya te dije que te esperes que estoy muy ocupado sirviendo a los otros clientes. ¿No ves que tengo mucho trabajo?

Total el camarero se pasa por delante del cliente, el mismo que le da un reverendo manazo por detrás.

El camarero muy airado: ¿Pero qué haces? ¿Te has vuelto loco?

El cliente con sobrada tranquilidad dice: Si hombre, con el bar todo lleno y vas a decir que fui yo.

Aviso de salida.

¿Qué le dice una caca a un pedo?

Vete a avisar que voy a salir.

Como un pez.

Dos amigas conversando:

– Oye, pues mi hijo en su nuevo trabajo se siente como pez en el agua.

– ¿Qué hace?

– Nada.

El costo de Skype.

– Cariño, ¿Te has enterado? Microsoft compró Skype por 10 billones de dólares.

– Qué tontos, si lo podían descargar gratis de Internet.

Es que me da risa.

Eran dos convictos que hicieron un túnel para escapar de la cárcel, cuando se disponían a realizar su escapatoria no contaron que había un guardián que conocía de los planes de escape y los estaba esperando a la salida del túnel con un grueso tolete. Una vez en la escotilla de escape del túnel, dice uno de los presos:

¡Por fin, la libertad! Y abrió la escotilla. Cuando siente un fuerte golpe del tolete del guardia justo en la boca. El presidiario inmediatamente se regresa con la mano en la boca y el otro le pregunta:

¿Qué te pasó? ¿Por qué no saliste?

A lo que el convicto respondió sin destapar su boca:

Es que me da mucha risa, sal tú primero.

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