Cómo era China antes de la guerra
China antes de la segunda guerra mundial
Los acontecimientos que desgarraron el corazón de Europa a principios del siglo XX también dejaron sentir sus efectos en oriente, en particular en China y Japón. Mientras Japón se afianzaba en el tablero mundial como nueva potencia colonial, China, que desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial había sido escenario de guerras y disputas con el propio Japón, se vio paralizada primero por la guerra civil y más tarde por la invasión del naciente Imperio japonés.
Para Japón, China se había convertido en un territorio de crucial importancia para el desarrollo de su nueva etapa capitalista, como fuente de materias primas para la industria pesada y como principal mercado para la exportación de bienes y capitales.
En la segunda década del siglo XX, China estaba pasando por una etapa convulsa, una condición que se agravó con las pérdidas territoriales sufridas tras el primer conflicto mundial, de las que se benefició su vecino nipón.
En oposición a las tentaciones imperialistas del capitalismo japonés y frente las facciones militares que lo apoyaban, surgió en China un movimiento nacionalista y democrático, el Kuomintang (KMT o Partido Nacionalista Chino), que se hizo con el poder en 1912.
Sucesos tras la muerte de Sun Yat-sen
Tras la muerte de Sun Yat-sen, líder fundador del KMT, el gobierno de la nación pasó a manos de Chiang Kai-shek, que, ante un país dividido y difícil de controlar, intentó organizar la economía según el modelo occidental. Fue en este momento de inestabilidad en el que empezaron a producirse las primeras luchas internas entre los comunistas y el ala moderada del KMT. Y es que tras la muerte de Yat-sen, en 1926, Kai-shek lanzó una ofensiva para hacerse con el control de la zona central y norte de China, respaldado por el apoyo de comunistas soviéticos.
Tras apoderarse de Shangai y Nankín, Chiang Kai-shek inició entonces una profunda purga intestina de simpatizantes comunistas, tanto en el gobierno como en el interior del KMT. Esta lucha directa contra el Partido Comunista de China duró hasta la posterior invasión nipona del país, cuando ambos contrincantes decidieron unir sus fuerzas para atacar al invasor.
Una vez estallada la Segunda Guerra Mundial, Wang Jingwei, un joven político chino que en 1938 había propuesto un acuerdo con el invasor japonés, fundó la República de China y asumió el cargo de jefe de Estado.
El nuevo régimen, con capital en Nankín, se convirtió en un gobierno títere al servicio de Japón, que lo utilizó para poner bajo su control los recursos económicos del país.
Para distinguirlo de la homónima República de China, gobernada por Chiang Kai-shek, el nuevo estado de Wang Jingwei fue conocido también como Gobierno Nacionalista de Nankín o República de Nankín.