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La importancia del algodón en las primeras civilizaciones

La sociedad en el valle del indo antiguo

ALREDEDOR DEL AÑO 2600 A. C. la sociedad del valle del Indo había evolucionado notablemente. La población era más’ heterogénea y su cultura se había enriquecido. Así, por ejemplo, el ritual del entierro se había modificado y se asociaba a un culto religioso: se colocaba el cadáver mirando hacia el norte, junto con algunas vasijas que contenían sus pertenencias.
Sus ciudades estaban planificadas, como lo certifican tanto su organización cuadricular como la división del espacio urbano, lo que junto con la organización efectiva de las distintas obras hidráulicas hace pensar en la existencia de una organización política y administrativa.
También se sabe que era una sociedad preocupada por la higiene: en las casas se han encontrado espacios con una distribución similar a la de nuestros lavabos actuales.
Tanto hombres como mujeres usaban una vestimenta compuesta de dos prendas, una para las extremidades inferiores y otra para las superiores, y complementaban su vestuario con algunos ornamentos de orfebrería.
El algodón fue un elemento importante para la cultura del valle del Indo.
Estas piezas estaban confeccionadas con algodón (se han hallado restos de este material en husos para tejer). Se cree que las ciudades del valle del Indo conocían el algodón desde el 7000 a. C.
La mayoría de los artículos de las casas eran de cerámica o elaborados con metales que ya eran muy conocidos en el Indo, como el cobre y el bronce. De entre las características propias del arte de la cerámica destaca que estuvieran pintadas e incluso, en ocasiones, cubiertas con una especie de vidrio. En las excavaciones han aparecido también utensilios de cocina como jarrones, ollas o varios elementos de una vajilla.
Algunos estudiosos han llegado a afirmar que la sociedad del valle del Indo no se dedicaba exclusivamente al trabajo, sino que también disfrutaba de momentos de ocio. Entre ellos una celebración ritual en honor a los dioses donde se hacían libaciones con un licor similar al vino.
Al parecer existían tres clases sociales. En la cúspide estaban los sacerdotes que, como ya hemos visto, conocían el calendario y predecían las crecidas del río a la vez que se aseguraban de que se llevaran a cabo las principales obras y construcciones de la ciudad para protegerla del río. Por debajo de estos estaba la población más urbanizada, que disfrutaba de un relativo bienestar y se dedicaba al trabajo textil, la alfarería o la herrería. En la base de la pirámide social se encontraban los campesinos, que habitaban en los alrededores de la ciudad y eran quienes producían el excedente agrario que permitía la subsistencia del resto de la población.

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